Un nuevo enfoque filosófico podría cambiar la percepción de qué es dolor
Una investigación, llevada a cabo por la Doctora Sabrina Coninx, de Ruhr-Universität Bochum y el Doctor Peter Stilwell, de la Universidad McGill, ofrece un nuevo enfoque filosófico. Este es capaz de ofrecer una nueva visión de qué es dolor para ayudar a su tratamiento.
En muchas ocasiones, nos enfrentamos a fuertes dolores generados, entre otros aspectos, por alguna enfermedad. Enfrentar estos dolores, más incluso si son crónicos, puede ser una verdadera pesadilla. ¿Pero qué es el sufrimiento físico? ¿Qué importancia tienen otros factores externos?
El tratamiento del dolor crónico
Como bien hemos dicho, tratar el dolor crónico puede ser algo imposible en la mayor parte de los casos. Es por ello que, actualmente, muchas personas tratan de buscar un nuevo enfoque que permita ampliar la paliación de este problema en el ser humano.
El concepto del dolor, hasta ahora, es algo que conlleva una serie de factores implícitos, una especie de suposiciones que están todavía sin descubrir. Lo que pretende el nuevo enfoque filosófico, investigado por los dos doctores antes citados, es descubrir y desarrollar estos factores, para mejorar su posible tratamiento.
El dolor de una persona no se basa solo en factores físicos
La principal premisa de este enfoque filosófico se basa en el estudio de aquellos factores que van más allá de lo físico. De hecho existen múltiples preocupaciones, experiencias o expectativas que tienen un papel determinante sobre las dolencias. Tratan de arrojar luz sobre el tratamiento del sufrimiento físico mediante elementos que se salen de los meramente fisiológicos.
Es por ello, que en el tratamiento del dolor se debería tratar situaciones personales de cada individuo, como las experiencias similares que el mismo haya desarrollado con anterioridad o las preocupaciones que esa persona tenga. Cada individuo es diferente, lo que significa que cada exposición a las dolencias, también lo será. Es importante comprender estos factores, para entender adecuadamente al dolor al que nos enfrentamos.
Las dolencias crónicas no son lineales
Por otro lado, se extrae que las dolencias crónicas no son inamovibles. Esto quiere decir que contiene muchos factores que la convierten en un concepto completamente activo.
Sin irse muy lejos, solo hay que pensar que el primer motivo por el que sentimos dolor puede ser diferente al motivo final que lo convierte en crónico. Se debe, por consecuencia, de estudiar los casos de forma subjetiva, haciendo hincapié en el caso frente al que nos encontramos, con la experiencia de la persona, las conductas que ha ido adquiriendo o la estigmatización, entre otros.
Nuevas motivaciones de acción
Por último, pero no por ello menos importante. Esta investigación determina que, respecto a la percepción del dolor, es fundamental la relación que tienen las personas consigo mismas y con el resto de su entorno.
¿Esto qué quiere decir? Que posiblemente en el tratamiento del dolor supone que cada vez el individuo se sienta con más posibilidades de interacción social y de acción, lo que sería altamente positivo para una posible mejora. Cuanto más activa se siente la persona y más capaz de realizar diferentes tareas, menos se acordará de sus dolencias físicas y, por lo tanto, las superará con mayor facilidad y rapidez.
Este nuevo enfoque filosófico, puede ser clave para comprender el dolor desde otra perspectiva. En él, se presta atención a los factores personales, se toma el dolor como un concepto dinámico y cambiable y se entiende la importancia de la visión propia del individuo consigo y con el entorno. Tener estos factores en cuenta, puede ayudar a tratar de una forma más efectiva el dolor fisiológico de cada persona.