La manera en la que nos comunicamos, no solo dice mucho de nuestra sociedad, sino que tiene un fuerte impacto en la futura percepción de diferentes aspectos. Los refranes son frases populares que se han ido transmitiendo de forma oral a lo largo de los años. Sin embargo, los tiempos han cambiado y, con ello, la moralidad social.
A día de hoy, todavía escuchamos muchas de esas frases. La mayoría de ellas se van erradicando con el tiempo, pero dejan una herencia social muy grande, capaz de condicionar nuestra percepción. Vamos a hacer un repaso por los principales refranes misóginos, reiterados durante años, que dejaban en mal lugar a la mujer. Además, pondremos algunos anuncios de épocas anteriores, en las que se normalizaba el menosprecio femenino.

Refranes: descalificación histórica de la mujer
Hay refranes de todo tipo: religiosos, de humor, reflexivos, de enseñanza, etc. Aunque muchos de ellos siguen estando socialmente aceptados, otros son puestos sobre el punto de mira. En particular, aquellos que promueven la desigualdad y las faltas de respeto hacia un colectivo en concreto.
Durante toda la vida, se fueron popularizando refranes que descalificaban a la mujer en muchos ámbitos. Estos, a pesar de lo que podríamos pensar, siguen teniendo eco actualmente y los tenemos mucho más interiorizados de lo que creemos. ¿Quién no ha escuchado la típica frase de «mujer tenía que ser»?
Por si alguien piensa que esto se trata de un caso aislado de España, nada más lejos de la realidad. De hecho, en inglés hay muchas frases de este tipo. Lo podemos ver en ejemplos como “women are the root of all evil”, que significa que las mujeres son la causa de todo mal.
Refranes que cosifican a la mujer
Aunque se está trabajando para conseguir lo contrario, durante muchos años la cosificación de la mujer era incluso más habitual y estaba más normalizada que hoy en día. Frases como «mujer que al andar culea, bien sé yo lo que desea» o «no hay mujeres feas, solo hombres sobrios», perjudicaban la imagen de la mujer, reduciéndola a un mero objeto de deseo. Esto se ha visto reflejado también en comerciales como el siguiente, de la marca Guinness.
Esta cosificación puede alcanzar rangos mucho más peligrosos, cuando deriva en actitudes violentas y agresivas. La frase «la maté porque era mía», es algunas de las más representativas de ello.
Refranes que muestran a la mujer como irreflexiva
Otros refranes intentaban representar a las mujeres como irreflexivas, vacías y que no saben guardar secretos.
«Secreto en mujer no puede ser», «si el secreto es de mujer, secreto deja de ser», «de la mujer y el mar no hay que fiar» o «la mujer y el vino engañan al más fino», son algunas de las más extendidas. Sin embargo, tal y como decíamos anteriormente, esto no es algo aislado de España. También en inglés se popularizaron frases como «any woman can keep a secret, but she generally needs one other woman to help her», que significa que cualquier mujer es capaz de mantener un secreto, pero que necesita a otra para que la ayude a hacerlo.
Este tipo de frases denotan una clara intención de mostrar a la mujer como personas simples, sin la capacidad de empatizar. Además, algunas como «las palabras, hembras son; y el hecho, varón» o «women are as fickle as April weather», que significa que las mujeres cambian de opinión como el tiempo en abril, la muestran como personas charlatanas, pero sin capacidad para llevar a cabo lo que se propone.
Encorsetadas en el papel de amas de casa
Hay que hacer referencia también a las frases que hacen hincapié en demostrar que la mujer solo sirve para las tareas del hogar. «La mujer en casa y con la pata quebrada» o «la mujer y la sardina en la cocina» son algunos de los más reconocidos en castellano. Actualmente, aunque con una intensidad un poco menor, se siguen haciendo frases con esta denotación.

Sin embargo, más allá de refranes, hay que resaltar que el mismo uso del lenguaje nos juega una mala pasada actualmente. Frases tan extendidas y aprobadas como «tengo bastante suerte, porque mi marido me ayuda en casa», son mucho más peligrosas de lo puede parecer. Resaltar una acción que se debería dar por hecho es algo negativo. Como decimos, la comunicación verbal influye en la percepción que creamos de nuestra sociedad.
Refranes históricos venden a la mujer como materialista
Además, algunos refranes ponen a la mujer como personas materialistas e interesadas. Frases como «diamonds are a girl’s best friend», que se traduce como que los diamantes son los mejores amigos de una mujer, son algunas de las más populares.
Estos refranes transmiten que la mujer, a parte de irreflexiva por naturaleza, también es oportunista. No solo infravaloran la valía de la mujer, sino que la representan como un colectivo vacío de inquietudes personales.
El peligro de las generalizaciones sobre hombres y mujeres
Hoy en día hay muchos estereotipos acerca de la forma en la que deben actuar hombres y mujeres frente a la misma situación. Esto se debe, en gran parte, a la imagen creada y difundida -con el lenguaje como principal precursor- durante años.
Durante mucho tiempo, los hombres fueron básicamente obligados a no mostrar sus sentimientos, bajo la falsa afirmación de que «los hombres no lloran». Mientras tanto, muchas mujeres tenían que reprimir muchos de sus instintos, porque «las mujeres no dicen groserías».
De la misma forma, está extendido que los hombres son más valientes, que las mujeres son complicadas, que a los hombres les tienen que gustar los coches o que las mujeres tienen que disfrutar cuidando de sus muñecas. Aunque se trata de falsas afirmaciones, están muy extendidas, y contribuyen a la infelicidad de ambos géneros.

La histórica comparación de las mujeres con los animales
En un intento de rebajar el estatus de las mujeres de seres humanos a animales, siempre se ha intentado comparar a la mujer con los animales. En los siguientes ejemplos, podemos comprobar cómo algunos términos negativos han sido asociados con el femenino de algunos animales.
- Vaca (gorda)
- Zorra (promiscua)
- Víbora (mala)
- Cotorra (charlatana)
- Rata (miserable)
- Pájara (sin escrúpulos)
- Pava (tonta)
- Perra (despreciable / promiscua)
La forma en la que nos comunicamos tiene un fuerte eco en la sociedad que construimos. El lenguaje es una pieza fundamental a la hora de crecer y cambiar las cosas que suponen un problema para cualquier sector de nuestra sociedad, en este caso para las mujeres.
¿Y tú, qué piensas de este artículo? Tu opinión es importante, ¡déjanosla en los comentarios!